11.6.16

Propuesta estética


Diseño de espacio, escenografía y luces

Como anticipamos, en Nadar mariposa nos encontramos con un personaje que repite a sus alumnos un discurso que lo llevó a un espacio de infelicidad. Si bien es cierto que la propia tarea docente está anclada en cierto ejercicio de la repetición, lo que nos interesa aquí es justamente cómo Pablo parece estar atrapado en ese discurso de juventud, única forma en la que el concibe la existencia: 

Pablo: […] Una vez que lo tenés claro, solo tenés que repetir. Hay que estar muy atento a la coordinación. Con eso en la cabeza, nada puede fallar. Ojo que esto no lo inventé yo. Es la fórmula del profesor Alvear, la leyenda de acá, de la Royal. “Apréndase bien los pasos y repita” – sí, el viejo te trataba de usted - “Siga así hasta llegar al borde. Y ya está. No piense en nada. No piense”. Es como una receta, eso decía el gordo. Y yo aprendí bien […]


Figura 1


En ese sentido, el diseño espacial y lumínico del espectáculo está orientado a poner en relieve cómo el personaje está preso de la repetición del discurso de un tiempo ya pasado. Para ello, consideramos fundamental construir una espacialidad no mimética que genere la idea de que Pablo no se encuentra en un lugar “real”, sino, más bien, preso de un “mecanismo mental”. Para la elaboración de este “no lugar” fue esencial la recuperación de procedimientos propios del expresionismo: la síntesis escenográfica (la construcción de un cubo de salto y dos andariveles como únicos objetos de la escena (Ver figura 1)) nos permitió por un lado dar cierto indice espacial que permita ubicar al espectador en el marco de la acción, pero, al mismo tiempo, señalar que nos encontramos frente a un espacio ficcional. La ficción en la que está anclado el personaje (la repetición de un discurso pasado) se fusiona con la fábula a la que asiste el espectador generando un juego de planos en el que prima lo metateatral.


Las luces, por su parte, funcionan de forma complementaria, generando una espacialidad esencialmente inestable en la que diversas modificaciones lumínicas configuran los distintos ámbitos en los que se desenvuelve el personaje. Esto no solo le otorga dinamismo a la escena y contribuye la ruptura de la ilusión, sino que, además, refuerza el hecho de que mientras el tiempo del plano de la historia transcurre y el espacio va consecuentemente cambiando, el personaje sigue repitiendo el mismo discurso una y otra vez.


Figura 2

Para poder construir este efecto, decidimos, en términos técnicos, utilizar luces de led camufladas dentro de los dos andariveles que enmarcan el espacio escénico. Esta elección tiene una doble función en términos de efectos de sentido: por un lado, limita los movimientos del actor por el escenario y refuerza la idea de que nos encontramos frente a un sujeto “preso” de un determinado discurso; por el otro, nos permite, con muy pocos recursos, generar distintas espacialidades y ambientes de forma nítida y precisa (Ver figuras 2 y 3). A su vez, el hecho de crear un sistema lumínico-espacial relativamente autónomo nos brinda una gran posibilidad de adaptación a las distintas configuraciones materiales de las salas teatrales. En ese sentido, el diseño arriba presentado entra en sintonía con otro de los objetivos del proyecto: la realización de funciones por fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en un intento de acercar nuestra propuesta a otras localidades e incrementar el intercambio artístico con otras regiones.

Figura 3


Diseño sonoro y vestuario

A diferencia del tratamiento lumínico-espacial, el diseño sonoro y de vestuario está orientado a construir e indicar el marco espacio-temporal en el que transcurre la acción. 

En el caso del vestuario, los datos que brinda el personaje respecto a su pasado competitivo parecen ubicarlo en la década del ochenta en la ciudad de Mar del Plata. En ese sentido, y en consonancia con lo expresado en el inciso anterior, nos resultó interesante proponer un diseño de vestuario que sitúe al personaje en esa época y que refuerce el hecho de que está anclado a un pasado del cuál no puede escapar. A lo largo de la pieza, el actor usará dos vestuarios diferentes: un equipo de gimnasia para la parte inicial en la que dice cómo debe nadarse el estilo “mariposa” y recuerda su pasado (Figura 4); una malla de competición, gorra y antiparras para el momento en el que el recuerdo de la competencia en la que perdió se fusiona con el presente de la enunciación (Figura 5).

Figura 4
Figura 5


























En cuanto al diseño sonoro, decimos utilizar una sonoridad diegética compuesta por una serie de elementos que rápidamente ubiquen al espectador en una pileta de natación y favorezcan el reconocimiento del universo evocado: voces de niños gritando, ruidos de agua, chapuzones, silbatos, duchas que se abren, etc.
Una muestra de la música compuesta para la obra puede encontrarse acá.

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